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jueves, 28 de enero de 2010

OLOR A CUBA


Olor a Cuba
Para todos los que tienen aún el "olor a Cuba " en su corazón:
En la novela de Francisco Umbral -- Trilogía de Madrid, el protagonista, el autor, mejor dicho, porque Umbral es sin duda ambos -- habla todo el tiempo del olor que percibe, que parece perseguirlo por la ciudad,

El olor del "arroz a la cubana". ¿Un plato típico de Cuba que no conocemos? ¡Pues no! Umbral está hablando del casero arroz blanco, con huevos fritos y plátanos maduros. ¿Lo están ustedes también oliendo ahora? Pues según él, Madrid estaba inundado en una época de"arroz a la cubana", esa maravillosa combinación que en parte les debe el mérito a los esclavos africanos,quienes fueron, se dice, los que trajeron de su tierra el hábito de freír los plátanos maduros. ¿Puede haber olor más cubano? Es tan dulce como su sabor mismo, y va dejando una grata estela de recuerdos. No se equivocaba Umbral al hablar de la intensidad de este olor esparciéndose por todo Madrid en una época en que los cubanos exiliados traían también en sus valijas sus olores más queridos. Los familiares y humanos: Como el rico olor a café recien colado, o el del humo del tabaco en la sobremesa.
¿Olores cubanos...?
El de la tierra colorada, húmeda tras un aguacero...
El del viento que arrastra los residuos de los cañaverales quemados....
El del jazmín del cabo y el galán de noche .....
El del rocío oliendo a esencia del alma...
El del frijol "colorao" y el frijol negro humeando en la cocina...
El de la carne de cerdo asándose entre hojas de guayaba o plátano...
El del mar salpicando la piel en el Malecón de La Habana....
El del agua de violeta de los bebes...
El de las sábanas almidonadas, azuleadas y planchadas de nuestras abuelas...
El del limonero junto a la ventana, ah, en el patio...
El de la suave ternura del agua de coco...
El de los deliciosos postres que asocio a encajes, canela y vainilla... Arroz con leche, natilla,flanes, mantecados, boniatillos, toronja en almíbar, casquitos o mermelada de guayaba con quesito crema...
El de las frituras de bacalao, o de malanga....
El de los moros y cristianos con un apelativo tan ajeno a la cruenta historia...
Los niños de Cuba , ahora en tierras del exilio, no han olvidado sus olores y sabores.
Paula, mi nieta, llegó a casa hace unos días con una botellita escondida en su mochila, y un ruego: "Abuela, quiero que me hagas arroz con leche como el de la señora López, ten la vainilla".
La señora López, la vecina de mi nieta, se alimenta todavía con los olores traídos de Cuba , y a su vez alimenta a Paula con el espíritu de la isla.
¿A qué huele Cuba ? Huele diferente, supongo. Huele distinta al resto del Caribe, y por supuesto, al resto del mundo.
Cuba huele ...a Cuba . A sol y arena. Huele a sus versos, a sus canciones.
Huele a lo que huelen los colores de la vida.
Huele a energía buena, a energía radiante.
Huele a tierra negra y tierra colorada.
Huele a sazón con ajo y cebolla y ají.
Huele a perejil sobre el pargo.

Pero sobre todo, huele a recuerdos, a tafetanes y tules, a rosas disecadas entre los libros. Huele a Colonia 1800, a lavanda, a talcos, a romero para ennegrecer el pelo; huele a brillantina (¿Tres Flores o Palmolive?) en el cabellos de los hombres; huele a jabón Candado; huele a añil, que es el color del cielo. Al menos a todo eso olía hace muchos años; ahora, no sé, pero en Madrid, en Miami, en New Jersey y New York , y en todas las casas de cubanos exiliados por todo el mundo huele a Cuba , a la Cuba de ayer..., ¡a la Cuba de siempre!


ENVIO: ARMIENNE

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